Hola, me llamo Michelle y soy un nido vacío.

La semana pasada mi hija de 22 años fue el último pajarito en volar el nido.

Por supuesto que me alegro por ella. ¿Cómo podría no estarlo? Es una joven vibrante, independiente y asombrosa. Ella sabe quién es. Es intrépida y divertida. Es una amiga increíble. Un trabajador duro. El amor de mi vida y la niña de mis ojos.

Y mientras me alegro por ella... estoy luchando.

Hasta que se fue no me di cuenta de que mi identidad durante los últimos 22 años ha dependido de ser su refugio, su cuidador, su proveedor y su madre.

Sí, siempre seré su madre... pero ahora es diferente.

  • Ella solía vivir arriba. Sólo 13 pasos. Ahora Google Maps muestra una distancia de exactamente 74,8 millas desde mi puerta hasta la suya.
  • Solía venir después del trabajo la mayoría de las noches y se sentaba en mi cama y contaba su día. Ahora mandamos un mensaje y llamamos.
  • Solíamos almorzar.

74,8 millas hacen que esas cosas sean mucho más difíciles. Estoy tan agradecido de que tengamos una buena relación, que llamemos y enviemos mensajes de texto. Que no tengo dudas de que ella me ama.

Y no todo es malo. Ha habido algunos cambios positivos durante la última semana.

  • Mi acondicionador de pelo se mantiene al mismo nivel que lo dejo. Todos los días.
  • Sólo hay tres pares de zapatos en el rellano, no 20.
  • El tocador no tiene maquillaje.
  • Su dormitorio está siendo pintado para convertirse en mi sala de manualidades.

Así que sí, hay cosas buenas y cosas difíciles.

Y sí, siempre seré su madre.

Y sí, estoy muy orgullosa de ella.

Y sí, es increíble verla crecer y desplegar sus alas y volar.

Pero una parte de mí siempre extrañará tener a mi niña cerca. Me pregunto si todas las madres se sienten así. O si es diferente para las madres que criaron a una hija sola durante 13 años. O si soy una persona peri-menopáusica demasiado emocional. El cambio es difícil. Terminar un capítulo no es fácil.

Pero estoy emocionado por el nuevo capítulo y lo que puede contener. Para los dos.

Tu blogger cabezota,
Michelle